Ca
Carlos Alfredo Pataquiva se enfrentó a la más
abyecta de las corrupciones oficiales, encarnada en la persona de David Túnez Congótez, conocido como el Viejo
Tigre Montesiano. Este, senador de la República y gestor de las Fuerzas de
Autoridad, Defensa y Control de Concordia (FADCC). Además, inescrupuloso hombre
de negocios, rico e influyente, gracias a sus zarpazos dentro y fuera de la
Administración Pública, que controlaba a como diera lugar, ajustando las normas
a la “legalidad” que garantizara sus propósitos y ambiciones… o, cuando la
primera estrategia no era suficiente o eficiente, extrajudicialmente, es decir,
con entronques burocráticos, manejos electorales, coimas, presiones y, llegado
el caso, con el trepidar de las armas que empuñaban sus mercenarios esparcidos
a lo largo y ancho del país.
Carlos y el Tigre cruzaron
sus vidas en el desarrollo de unas actuaciones disciplinarias. Al no
acceder a las pretensiones del senador, el investigador entró en la órbita de la
ignominia oficial que aquel le tejió, hasta llevarlo tras las rejas, su postrer
y fatal destino. Misión que Túnez Congótez le encargó a Oskartes de la
Santísima Trinidad Tajada Torres, jefe de procesos disciplinarios en el ministerio
público. Oskartes, tras la efectividad en ese encargo, fue promovido por el
Viejo Tigre como ministro de la Justicia y la Seguridad Interna de aquel país,
a la vez que le abrió espacio como segundo en la jerarquía de la organización criminal
(FADCC) que el senador comandaba. También, lo lanzó como candidato a la presidencia.
Oskartes asciende
en la estructura política, económica y paraestatal que domina al país, amén del
soterrado terror y sometimiento que infunden subconscientemente las FADCC, mientras
Carlos se consume en la ignominia judicial que cada día le hace más difícil
vislumbrar una salida de la encrucijada carcelaria que le procuró Oskartes.
Situación que cambia al ingresar al escenario una ONG internacional, en cabeza de
Rafael Bornacelli, un viejo conocido de Carlos, quien, tras enterarse de su
caso, asume su defensa y avanza rápidamente en procura de su liberación. Sin
embargo, enterado Oskartes, procede por todos los medios, pero, no solo para
detener la excarcelación...
Oskartes gana la
presidencia de la República durante dos periodos consecutivos, y dos más como
segunda fuerza electoral nacional. Esto lo convirtió en el expresidente con
mayor poder e influencia mediática, política y “moral”, incluso tras su muerte,
pese al irreversible “descuadernamiento” social, institucional y económico del
que fue objeto aquel país subcontinental durante su gestión.
Novela disponible en las páginas de: Autoreseditores y wrenciso.com
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